martes, 21 de diciembre de 2010

Decálogo del Dramaturgo

1.     
En toda obra debe suceder algo. Si no sucede, que parezca que vaya a suceder. Aunque nunca suceda.

2.     
Escribir es una actividad artística, no una misión apostólica. Las adversidades y las tragedias no son motivaciones creativas, son adversidades y tragedias. La escritura no es emocional, es técnica, es atlética, es de resistencia.


Jacques Toukhmanian en ensayo de Pinocho y
Frankenstein Le tienen Miedo a Harrison Ford

3.     
Mientras más problemas tenga un personaje, más virtudes tendrá la obra.

4.     
No decir nunca: Mi vida es el Teatro, ni No me importa el público, ni No me importa la crítica.

5.     
Aceptar que me importa la opinión del público, los comentarios de la crítica, y que a pesar de dedicarle el 80% de mi tiempo al Teatro, mi vida no es el Teatro.


Marcela Valencia en ensayo de Pinocho y Frankenstein
Le Tiene Miedo a Harrison Ford
6.     
El pasado del personaje se construye a partir de lo que le pase en el presente.

7.     
No tener afán por ser contemporáneo. Mucho menos intentar ser contemporáneo. Que todos crean que soy contemporáneo.
Nelson Camayo y Jacques Toukhmanian en
Sara Dice (Cien Días I) del Teatro Petra
8.     
Una obra clara, comprensible, concreta y divertida, no es una pieza menor.

9.     
Escribir piezas confusas, indescifrables, crípticas y atiborradas no significa estar a la vanguardia.
Jimena Durán Hazbún en Sara Dice (Cien Días I) del Teatro Petra

10.  
Respetar a los libretistas de televisión. Mientras tú escribes una página a la semana, ellos escriben 25 al día.


Escena de Sara Dice (Cien Días I). Teatro Petra

Dos Bonus Track.

11.  
Una situación dramática no es tan contundente cuando la madre llora por la muerte de su hijo, sino cuando ve que lo matan y se ríe.

12.  
Aceptar que todo el mundo sabe que Shakespeare fue el más grande dramaturgo, pero que nadie sabe a ciencia cierta qué es un dramaturgo.

Literatura para la Escena


     1.     
Si en nuestra vida supiéramos lo que se cocina a nuestras espaldas, aquello de lo que habla nuestra esposa cuando no estamos presentes o si nuestro mejor amigo se enterara de lo que a veces fantaseamos con su hija de 18 años, no serían posibles las relaciones humanas[1].

El Dramaturgo Fabio Rubiano, una traductora, el Nobel Wole Soyinka, y
el artista plástico, poeta y dramaturgo Samuel Vásquez

2.     
El teatro NO es como la vida. Parece una verdad a gritos, pero también más de una vez he escuchado que el Teatro se parece a la vida y resulta que no, no se parece. Es exacto, es la vida, pero no la que vivimos, sino aquella que no vivimos, la que no somos capaces de asumir y que el teatro entrega por capítulos en cada obra, es una tras escena de la vida misma, la verdad misma.
Es la vida mala, el pensamiento malo, el pensamiento oscuro, la posición incorrecta: La Verdad.

3.     
Cuando mi mamá salía con la bolsa del mercado solo existía una imagen, la única: la de la mujer abnegada que sacrificó su vida por sus hijos, la que antes de arreglarse el pelo en las mañanas pensaba en que tipo de desayuno íbamos a tener, la que regresaba con la bolsa llena de verduras y pasaba el 80 por ciento del día en la cocina, limpiando o haciendo algo, siempre haciendo algo, jamás descansando. Esa imagen la tenemos en nuestra generación (y en nuestro estrato) la gran mayoría. Pero nunca fuimos detrás de nuestra mamá para espiarla en su viaje a la tienda, nunca supimos si en realidad ella iba a hacer el mercado, solo eso, o si se quedaba en la peluquería, en el baño del peluquero dejándose tocar o si robaba alimentos mientras el dependiente se descuidaba. A lo mejor vendía pasta base, patrasiado, bazuco o ácidos en la entrada de las escuelas. Nunca me enteré si se echaba colorete apenas salía de casa y se lo volvía a quitar cuando estaba a punto de entrar de nuevo para que no descubriéramos nada, para que en nuestro imaginario materno el icono virginal no se transformara en vieja corrompida.
Si pienso mal, estoy seguro de que acertaré, tal vez no en la vida de la que ahora es una anciana, pero si en la dramaturgia. A lo mejor en ambas. De la vida real no lo sabré, de la obra teatral lo conoceré todo.

4.     
Cuenta Anne Bogart, la directora norteamericana, que cuando Jean Paul Sartre era marinero (era un joven marinero no un gran filósofo) y trabajaba en un barco mercante, en una escala del barco en Hamburgo bajo la tormenta, Sartre bajó del barco, caminó por las calles bajo la lluvia hasta que encontró un bar, se sentó en una mesa y pidió una bebida. 



Al rato una hermosa mujer se acercó a su mesa… empezaron a hablar. Finalmente, después de un tiempo considerable y varios tragos, la mujer se excusó para ir al baño. Sentado allí solo, esperando el regreso de la mujer, Sartre se imaginó la noche que pasarían juntos en una habitación de hotel, se imaginó la seducción, el sexo y, finalmente, la despedida a la mañana siguiente. Se imaginó las cartas que se mandarían el uno al otro en espera del reencuentro… De repente, mientras esperaba a que la mujer regresara del baño se dio cuenta de que en todas las situaciones que se le presentaban en la vida, incluida esta, podía optar entre varias posibilidades. Podía optar por vivir su vida en la ficción inventada de una historia u optar por aceptar las señales discontinuas de la existencia humana y vivir sin la seguridad de una historia. Sartre tomó la decisión al instante: Se levantó y salió del bar adentrándose en la tormenta, y nunca más vio a aquella mujer[2].

5.     
El autor entonces ¿es quien toma las decisiones de sus personajes? Muchos dirán que no, que el personaje adquiere vida propia y es imposible controlarlo, pero una cosa son las lógicas internas, el lenguaje, la coherencia y los códigos sobre los que se está escribiendo, y otra cosa es llegar a decir que tiene vida propia. No es justo rebajar a la categoría de “vida” a algo que ha sido una creación artística y es mucho más que eso.

6.     
Un autor no puede escribir lo que quiera, escribe lo que él mismo se imponga. No puede manipular a un personaje, está bien, él no, pero otro personaje si, porque el autor está enterado de aquello que sucede frente a él y sobretodo detrás de él, y si el autor está enterado, puede asegurar que habrá una historia. Buena o mala, depende del talento del escritor, pero dependerá de él mismo, de nadie más, solo de él y de su capacidad de percepción. Su habilidad para reubicar el azar y organizar las decisiones no es gracias a una fuerza sobrenatural, es gracias a sus decisiones, las que toma él y las que toman sus personajes (que también las toma él).

7.     
Es ahí donde conecto con en el tema de la literatura para la escena. Como autor de Teatro soy dueño de algo, tengo la posibilidad de ver las opciones y decidir con cual me quedo. La fantasía de estar en varios lados sin ser visto, de ingresar a la intimidad de alguien, no solo para espiar y cumplir la devaluada fantasía del voyeur, sino también y sobretodo para tener voz y voto.

8.     
La literatura a secas podría cumplir esa función, pero la literatura para la escena tiene una ventaja: Además de la escena, la tras escena. La verdad y la mentira al mismo tiempo.

9.     
En la vida real, la mujer que llora sobre la tumba de su esposo nos conmueve pero no sabemos si ese llanto es sincero o si la última sopa que tomaron juntos fue envenenada por ella. En el escenario la mujer que llora por el personaje de su esposo muerto está interpretando, eso lo sé. La actriz, un segundo antes de salir a escena a interpretar la mujer que llora por su esposo muerto,  estaba fumando y riéndose con los compañeros de la compañía, pero eso también lo sé, saberlo me hace feliz.

Marcela Valencia en Dos Hermanas. Del Teatro Petra


10.  
Es la literatura la que más bien le ha hecho a la psiquiatría y al estudio de la mente humana, pero no por describir los personajes como ya sabemos que son, sino como no sabíamos, como sorpresivamente descubrimos que eran. Toda sorpresa es grata, es una noticia, no siempre mala. Un hombre afectado por la radiación que habla poco y no sabe leer ni escribir, es asumido por todos como un subnormal, pero gracias a la literatura descubrimos que sabe hablar con los gatos. Un hombre le habla a un auditorio y luego le habla a su compañero de escena y luego le habla al personaje que lo acompaña y más tarde se dispara en la cabeza y enseguida se levanta para mostrarnos las medidas del orificio aun con humo. Eso es una sorpresa, eso es pensar mal, eso es descubrir al personaje por el otro lado, por el revés.

11.  
Las obras están llenas de verdades que no vimos con los ojos de la vida real, es decir que todas las obras están llenas de advertencias. Por eso hay que ir al Teatro, cada obra es una advertencia. Las obras que dejamos de ver, fueron anuncios que se perdieron y por lo tanto hay algo que sucede a nuestras espaldas y no nos enteramos.


12.  
Por eso me gusta, por ser el dueño de algo inexistente, el dios de una ínsula donde no hay nadie, ni siquiera ínsula, pero a la que todos van a ver. Como el Vacío Perfecto de Stanislaw Lem, una serie de prólogos a libros e investigaciones que jamás se han escrito.

13.  
Escribir no es vivir las cosas, es re-vivirlas, pero no de cualquier manera, no como sucedieron, sino como yo quiera, como lo necesite, como hubieran debido suceder para tener una historia.

Chuck Palahniuk, autor de “El Club de la Pelea” habla en el relato corto “Casi California”, sobre todas sus expectativas cuando fue invitado a Los Angeles para hablar de la adaptación de su guión, y de como todas sus expectativas se iban diluyendo, transformando, o sencillamente cumpliéndose sin gracia.

“Uno se pasa años y años escribiendo. Se sienta a oscuras y dice: Algún día. Un contrato editorial. Una foto en la solapa. Una gira promocional. Una película de Hollywood. Y llega el día en que consigues todo eso y no sale como uno lo había planeado.
Luego te llega por correo la adaptación de tu libro y ves que pone: «El club de la pelea, de Jim Uhls». Es el guionista. Y muy por debajo, entre paréntesis, pone: Basado en tu novela.
Es por eso por lo que escribo, porque la vida nunca funciona salvo si miras hacia atrás. Y escribir le hace a uno mirar hacia atrás. Porque como es imposible controlar la vida, por lo menos puedes controlar tu versión de la misma. Porque incluso sentado en mi charco de agua templada en Los Ángeles, ya estaba pensando en qué les contaría a mis amigos cuando me preguntaran por aquel viaje. Les hablaría de mi infección y de Malibú y de la bañera sin fondo, y ellos me dirían:
Eso tienes que escribirlo.”

14.  
Antes de venir aquí y estar sentado frente a grandes personalidades de la literatura, me imaginaba como sería, elaboraba hipótesis sobre las probabilidades para poder tener cierto dominio sobre la sesión. Pero no, es diferente, no tengo poder sobre esto, pero lo tendré mañana cuando escriba que el Nobel soy yo, que soy ingenioso y que un hombre de 45 años está sentado a mi lado tratando de ser coherente. Eso me hará feliz.




[1] Texto ampliado y corregido a partir de uno escrito para el encuentro “Literatura para la Escena” en la Feria del Libro de Medellín 2008. Publicado en la Revista Teatros.
[2] A Director Prepares. Seven Essays on Art and Theatre. Anne Bogart.  

lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre La Originalidad

1. Cómo ser Rico.

“Hay dos oportunidades para ser rico en la vida mi amor”, decía una madre colombiana a su hijo, también colombiano, “La primera es cuando naces, o sea que ya perdiste una. La última cuando te casas, así que escoge bien”.
Otro amigo, colombiano también, la corregía. Decía: “no, la manera de ser millonario es tener una idea, una idea original”

Joseph Beuys
Eso suena muy bien, lo de ser original, lo de tener una idea original y ser millonario. Casi podría decirse que es el tema obligado de los libros, videos y audios más vendidos en la actualidad, que insisten en la obligación de la felicidad, la superación, el secreto, el éxito, los emprendedores…
Presión por ideas originales como las que tuvo quien se inventó el kinetoscopio, llámese Alba Edison o quien realmente se lo inventó. Ideas como las de ese a quien se le ocurrió el daguerrotipo, la fotografía.
Ser James Watt viendo la tapa de una tetera moviéndose por la fuerza del vapor, para inventarse luego la revolución industrial y cambiar la historia del siglo XIX (y de los siglos siguientes).
Cuando los presocráticos pensaban, y solo pensaban, y decidieron que el origen estaba en aquello que se repetía: el agua, el fuego, el ser, el número, emitieron las primeras ideas originales.
Todo era agua y nadie se había dado cuenta antes, todo era fuego y nadie se había dado cuenta antes, todo era número y nadie se había dado cuenta antes.

¿De qué no nos estaremos dando cuenta? ¿De cuantas ideas originales estaremos distraídos, cuántas están pasando? ¿De qué más estará hecho todo y no nos damos cuenta?



2. La Originalidad del Delito.

Cuando el primer hombre que secuestró un avión y no pudo ser condenado, porque el secuestro  de aviones no estaba estipulado en ningún código, este hombre estaba inaugurando una práctica inédita: los delitos no clasificados.
Esa es una idea original pero al revés.
No es una creación para el bien sino para el mal, y el teatro es una forma del bien. Digo esto con toda la ambigüedad que encierra el concepto del mal cuando se refiere a los fines y los medios.
Respecto al delito somos pioneros: En 1996 se realizó la captura de una paloma de la cárcel de Buga que fue amaestrada por un preso para entrar y salir de la cárcel. Alguien desde afuera le amarraba 8 gramos de marihuana en las patas y volvía a la cárcel con la mercancía. 


Paloma de Sao Paulo (Brasil), pariente de la de Buga (Colombia)


Han habido más palomas en la historia de este delito, la que fue capturada hace poco con un celular por ejemplo. Las de Buga ya no existen, después del incidente las fuerzas de inteligencia de la cárcel  mandaron matarlas a todas para acabar de raíz con ese grupo tan peligroso.
Hay muchas ideas originales en este país (cada país tiene lo suyo), alrededor de cómo camuflar la cocaína para pasar las aduanas: Ponerla en naranjas selladas, o fabricarla de color negro, o almidonar con ella pantalones para exportación. De todo se hace.
No contemos con el soberbio dominio de los estatutos y códigos para poderlos reinterpretar.
¿Cuál es esa idea que necesitamos nosotros?
Me pregunto: No la del delito, la del otro lado, la del lado de acá, la del bien.


3. Una Revelación.



La tortura por tener una idea original se me diluye cuando después del tiempo escucho a un amigo colombiano que le dice a un amigo argentino:
“Argentino, te tengo la mejor idea para una obra tuya” y el argentino le responde
“Colombiano, ideas tengo todos los días, lo que necesito es tiempo para desarrollarlas”
Fue una revelación.
William Shakespeare
Tal vez ahí está la respuesta. Una de las respuestas.
Cuando uno lee Shakespeare, a veces no lo puede creer y a veces le aburre, pero  siempre la conclusión es que era un genio.
Ninguna de las ideas iniciales de las piezas de Shakespeare fueron suyas, todas ya se le habían ocurrido a otros. Sus grandes ideas comenzaban tomando ideas de otros. Hubiera podido tomar como ejemplo a Lope de Vega o a Picasso, sobre los que hay suficiente bibliografía acerca del tema, pero insisto con Shakespeare.
El Rey Lear está basada en Historia de los Reyes de Bretaña de Godofredo de Monmouth, Hamlet en la Historia Danicae del historiador danés Saxo Grammaticus, (para otros de la traducción al francés de Belleforest con el título de Historias Trágicas), Tito Andrónico es un Tiestes de Séneca revisitado y Coriolano es una casi transcripción de las Vidas Paralelas de Plutarco. Entonces uno puede pensar que la originalidad no residía en el argumento, que la genialidad de Shakespeare o de Marlowe o de Tomas Kid, quien quiera que haya sido el Shakespeare original, no estaba en la historia, estaba en el desarrollo de la historia.
Tito y Tamora (Álvaro García y Liliana Escobar).
Mosca. Versión del Teatro Petra

4. Hipótesis.

Después de tantos ejemplos (hay historias suficientes como para no terminar), uno puede decir que la originalidad no está en el punto de partida sino en el punto final, que es la historia desarrollada, la que es verdaderamente valiosa, las demás, las iniciales, son solo entusiasmos, y nada es hecho con solo entusiasmo.
Más allá de eso, cabe preguntarse si entonces se debe trabajar más sobre el resultado final que sobre la idea inicial, y la respuesta puede ser que no, que:
Es el tratamiento la verdadera función del creador. Son los procedimientos los que determinan la fortaleza del final.
Muchas veces comenzamos a leer una historia que nos da la sensación de que ya la hemos leído, y ese Deja Vú, de un momento a otro desaparece. Ahí la traición, el plagio, la paráfrasis, se evaporan y se vuelve creación original.
¿No es el Edmond de Mamet un Remake de La Vida es Sueño o del Calderón de Pasolini, que a su vez es un remake de Calderón de la Barca. No es Circ Du Solei una revisitación permanente de Alicia de Carroll, no es Coraline de Neil Gaiman, una Alicia más fiel en lo que respecta al espejo, no es la aprobación de un referendo en el siglo XXI en Colombia una copia tropical de las componendas de los Tudors, o de las intrigas monárquicas en pleno periodo claudiano del Imperio Romano?


La Balsa de la Medusa de Gericault y el Remake de Peter Witkin

Para asumir la originalidad hay que asumir el remake. Si traducimos remake nos daría “rehacer”, y si definimos rehacer nos encontramos con reparar, reconstruir. Ahí, en ese reconstruir me instalo. Reconstruyo pero a mi manera, mejor o peor, no sé. Es en el recontextualizar y en el reinterpretar donde el revisitar tiene sentido.
El complejo de Edipo no es original de Sófocles, es original de Freud. Hay una recontextualización, una vuelta al origen pero por otro camino.
La reinterpretación y la recontextualización es lo que hace válida y visible esa originalidad, que en principio se encontraba en la pieza de partida.

5. Sobre la Guerra (otra vez)

Se critica constantemente en nuestro territorio, la profusión de piezas sobre la violencia en Colombia, “que la mala imagen del país, que debemos hablar de las cosas buenas, que Colombia es su gente, que es pasión, que basta ya de hablar de las cosas malas, de la violencia, que hay más cosas” y evidentemente las hay, y evidentemente hay gente que habla de ellas. Pero también es cierto que nuestra imagen, no hacia el exterior sino hacia el interior, se deteriora por la ausencia de opinión, por la incapacidad de discutir y disentir sin matar o morir (no hablo en sentido figurado). La violencia debe tener su opinión, y esa opinión aún no ha sido original. Por lo menos no lo suficiente. A lo mejor no nos hemos dado cuenta de que sí, que Colombia es su gente y que es su gente la que comete actos violentos, pero también puede cometer actos acerca de la violencia que no sean violentos, sino que sean poéticos. Ahí es donde comienza nuestro trabajo.
La ETA, el IRA, las FARC, Sendero Luminoso, todos ellos han sido señalados en varias partes como grupos terroristas.
Hay muchas piezas sobre la violencia en Colombia, y también en Irlanda. ¿Qué hace entonces que El viento que acaricia el prado de Ken Loach reciba en 2006 la Palma de Oro de Cannes, el premio más prestigioso del cine mundial,  siendo una obra que habla del nacimiento del IRA. Un grupo denominado terrorista durante muchos años, que sufrió atrocidades y cometió atrocidades?. El premio, después del 11 de septiembre y de los atentados terroristas en Europa, y del miedo que esto causa por esos lados en la población de esos lados, evidentemente no es un premio al terrorismo, ni a la violencia, ni a la mala imagen que se da de Irlanda en el exterior, es un premio a una idea. Idea  que en principio no es nada novedosa, pero que en su desarrollo sí. Es decir, un premio al desarrollo de una idea, de una historia, enmarcada más en el campo de la poética que de la política. Paradójicamente, en la película, antes de cada asesinato tu sientes el valor primordial de lo esencial: la vida. Antes de cada ejecución uno pide que se arrepientan.
Bueno, yo.
Evelio José Rosero Diago cada día recibe más elogios, sobretodo en el exterior,  por su pieza Los Ejércitos. No hay que repetir de que habla.
El problema del planteamiento nuestro acerca de la violencia se sigue repitiendo. Tal vez muy tibio, tal vez teñido de ingenuidad para enmascarar el miedo. Esa ingenuidad se torna peligrosa.
Ha sido hasta ahora más poderosa la polarización que la reflexión, el odio que la abstracción.

6. Sobre el riesgo.

A veces pensaba que la originalidad se sostenía simplemente en el arrojo y en el riesgo, ser original era ser arriesgado, pero ahora pienso que en el afán por ser un neo neo punk, o pertenecer a las vanguardias posdramáticas, o lanzarse como suicida (no en la estética de los emos sino en la de los que trabajan con nombres propios y son capaces de señalar) no está la creatividad.

Shigeko Kubota

Shigeko Kubota, fue la primer mujer que pintó con la vagina, fue una precursora, era 1965. La segunda mujer que lo hizo, pudo ser una coincidencia, pero la mujer número 2000 que pinta con la vagina y que además se dedica al paisajismo ya me parece triste. Hay niveles de revisitación. Si tengo la exposición de abstractos de mujeres que pintan con la vagina no asisto a nada original.
El tipo de arrojo de Orlan, la artista francesa que utiliza su cuerpo como centro de experimentación, es una expresión bastante polémica de ratificar la osadía. Un llamado a revisitar el concepto de originalidad.

Orlan. En varias etapas

¿Sirve en este momento el escándalo?
He visto en este siglo exposiciones repetidas, donde aparecen niñas vestidas como muñecas, teñidas de sangre, miembros que simulan una mutilación, y me llevo sorpresas al descubrir que en los años 20 del Siglo XX en Colonia, Alemania, en una exposición organizada por J. T. Baargeld y Marx Ernst, el visitante tenía que pasar primero por unos urinarios en cuya puerta una niña vestida de primera comunión recitaba versos obscenos. Otra de las obras que se exhibía estaba constituida por un acuario lleno de agua teñida de rojo, imitando a la sangre donde flotaba una cabellera de mujer y al fondo yacía un brazo junto a un despertador. Reitero, era en 1920. 


Pieza de Socíetas Raffaello Sanzio

Los conejos (por no hablar de los cerdos), no sé por qué razón se volvieron un símbolo de lo macabro, pero también de lo erótico, y sobretodo de lo contemporáneo. Hay niños con cabezas de conejo en los espectáculos de Romeo Castellucci, bailarines con cabezas de conejo en los videos de Marilyn Manson. En las revistas de moda las más famosas del país se desnudan sobre un peluche de conejo. 


Joseph Beuys


¿Dónde nació esto? Para algunos en la Alicia de Lewis  Carroll, para mi 100 años después, en 1960 con Joseph Beuys en “Como explicar el arte a una liebre muerta”, después de aquello adquiere poder en muchas opciones artísticas antes mencionadas y se debilita en la publicidad y el soft porn.



El escándalo tiene la propiedad de dejar una estela. Todo el que asiste a un escándalo lo repite durante un tiempo, lo comenta, lo cuenta, reflexiona, sigue con él en la palabra y el pensamiento, es decir: lo multiplica. Después, más rápido cada vez, deja de ser escándalo y se vuelve producto (La Revolución sexual, el Ché, Los Punk) . ¿Hay algún equivalente del escándalo que pueda ser inmune a la esterilización del mercado? ¿O encontrar muchos equivalentes también lo estandarizaría?


7. Volver al teatro.

La mimesis en sí misma es ya un remake (disculpas por utilizar el término en inglés pero se me acaban los sinónimos). Las primeras clases de teatro las recibimos sobre la mimesis y el concepto de mimesis:
Imitación.
Primer error, no es imitación, es apropiación. Más que de un gesto, de una cualidad, es de todo, se convierte en propio.
Toda la etiqueta y la normatividad del protocolo para la vida doméstica y en gestos precisos, como el comer con cubiertos, se manejan en la actualidad como propios, pero hubo una primera vez donde alguno le dijo al Rey de Francia que no estaba bien visto volver a meter la pierna de pavo en la sopa una vez la hubiera mordido y él lo aceptó y a partir de ahí comenzó a mirar con reprobación a los miembros de la corte que se atrevían a hacerlo. Ellos miraban al rey y lo seguían, luego aparecieron los cubiertos. De un momento a otro estos gestos comenzaron a formar parte de la reputación de una persona y el símbolo de su pertenencia a determinada clase social.


Luis XIV. Escultura de Stefano Santorello,
pintura de Marion Ball.

No fue imitación, fue apropiación y la apropiación del gesto se volvió ley natural.
Eso nos lleva a otro tipo de originalidad: En Baudolino de Eco, el rey le pregunta a Baudolino como hacer para decir cosas interesantes, ya que él es un Rey. Baudolino le responde:
“No tiene que buscarlas. El hecho de que las diga usted, por ser su majestad ya las vuelve  importantes”.
En algunas épocas en Colombia las cosas no han sido diferentes.

8.  A Manera de Conclusiones.

En la búsqueda de una idea original, del origen, vuelvo a los presocráticos y llego a la conclusión de que el origen está en lo que se repite, ya sea el agua o el número, o el ser. Para ser original hay que ver qué se repite.
Concluyo que el riesgo está en la extensión, en la permanencia, en perseverar en la búsqueda si está sostenida en el ensayo y error.


Una de las Máquinas de Herón

Descubro que la máquina de vapor patentada por James Watt a finales del siglo XVIII ya tenía un diseño previo en el año 10 dC hecho por Herón de Alejandría y se llamaba Eolípila.
Descubro que lo que digo aquí, ya lo había dicho Warhol, y no solo él.


Fabio Rubiano Orjuela.
Dramaturgo y Director
Teatro Petra.
Profesor de la Maestría de Dramaturgia
Universidad Nacional De Colombia.


Bibliografía.

Shakespeare Nuestro Contemporáneo.
Jan Kott

La Sociedad Cortesana
Norbert Elías.

La Invención de lo Humano.
Harold Bloom.

Destinos Personales.
Remo Bodei.

Literatura Mimesis y Antropología.
Rene Girard.

Mito y Tragedia en la Grecia Antigua.
Jean Pierre Vernant.

No es por aguar la Fiesta.
Antonio Caballero.

La Euforia Perpetua.
Pascal Bruckner.

Los Gestos.
Vilem Fluser.

El Ascenso de la Insignificancia.
Cornelius Castoriadis.